Paranormal

Plantación Myrtles, el lugar que no querrás visitar

Los expertos en sucesos paranormales están totalmente seguros de que más allá de lo que podemos ver y comprobar con nuestros métodos científicos existe otra realidad que todavía no comprendemos del todo, pero es tan real como la nuestra, y que está más allá de la muerte. Fantasmas, sucesos extraños, almas en pena, espíritus que vagan entre dos mundos… Para muchos solo son supersticiones y cuentos de viejas, pero para muchos otros son una parte imprescindible para entender lo que somos. Hay lugares que, de hecho, han quedado marcados por este tipo de fenómenos, casas encantadas en las que poca gente se atreve a entrar… Uno de ellos es la plantación Myrtles, ubicada en Louisiana, Estados Unidos.

Se trata de una enorme plantación construida a finales del siglo XVIII, por la que han pasado muchas familias en estos últimos siglos, y que es considerada como una de las casas más embrujadas de los Estados Unidos, no sin razón. Se habla de que en ella han ocurrido una decena de asesinatos, aunque solo hay un corroborado oficialmente. Sin embargo, el lugar sí que ha visto otras desgracias, como abusos y vejaciones, tan comunes en la época hacia los esclavos, por ejemplo, e incluso también la muerte de muchas personas por diferentes enfermedades, desde ancianos a simples niños. La casa está marcada con todo ese dolor y toda esa pesadumbre, así que no es de extrañar que muchos afirmen sin dudar que hay espíritus vagando en ella, habiéndose convertido en un lugar muy interesante para los amantes del misterio.

Historia de la plantación Myrtles

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Ubicada muy cerca de Baton Rouge, una de las ciudades más importantes del estado de Louisiana, la Plantación Myrtles fue erigida en 1796 por el general David Bradford, quien la habitó soló en un primer momento, hasta que su familia pudo reunirse con él, después de que le fuera retirada la condena p or su participación en una rebelión contra el Estado. En aquel primer momento, la plantación era conocida como Laurel Grove. Allí, Bradford vivió junto a su esposa Elisabeth y sus cinco hijos, que heredarían la plantación al morir él en 1808. Una de sus hijas se casó con Clark Woodruff, que se encargó desde entonces de la plantación, y la legaron a su  vez a sus hijos. Aquí ya empiezan las muertes por fiebre amarilla y otras enfermedades letales para la época, que diezmaron la población de la zona y marcaron para siempre aquella plantación.

Tras abandonarla los Woodruff, la plantación pasó a manos de Stirling, que se encargó de administrarla hasta poco después. El lugar fue cambiando de manos durante todo el siglo XIX y buena parte del XX, sucediendo también algunos oscuros eventos en ella, como el asesinato de William Winter, el encargado de la plantación en 1871, que murió por un disparo en el pecho realizado por un hombre sin identificar. Winter todavía tuvo tiempo de entrar en la casa y tratar de subir a las escaleras, aunque murió antes de llegar arriba, en el decimoséptimo escalón. Es el único asesinato oficial registrado en la casa, y ha dado pie también a una de las historias de fantasmas  más conocidas del lugar, ya que hoy en día todavía parecen escucharse los sonidos de los pasos del pobre Winter.

Fenómenos paranormales

La casa lleva siendo el epicentro de fenómenos paranormales desde hace tiempo, aunque es cierto que su fama ha crecido muchísimo en las últimas décadas, al convertirse en una de las casas encantadas más populares de toda América. El fantasma de William Winter, asesinado en el porche, se aparece de vez en cuando por los alrededores, e incluso se han captado fotografías de una silueta que podría pertenecer al propia Winter, con un halo fantasmal.

También se habla de que por las noches, sus pasos subiendo las escaleras se pueden escuchar dentro de la mansión, como cuando murió. Hay quien afirma que la casa tiene hasta doce fantasmas, muchos de ellos niños que murieron entre estas paredes a causa de terribles enfermedades como la fiebre o la sífilis. También hay fantasmas de esclavos, que igualmente murieron en la plantación y que parecen no querer abandonarla. Lo cierto es que el lugar se ha convertido en uno de los más llamativos para todos aquellos que buscan pasar un rato de miedo y terror.

El espejo de la plantación Myrtles

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Los espejos siempre han sido objetos mágicos que han tenido mucha relevancia en estas historias de terror, y no por casualidad. Se han utilizado como portales hacia otros mundos, y hay incluso quien piensa que pueden ser poseídos o habitados por espíritus que acaban de morir. En la Plantación Myrtles hay un espejo especialmente curioso, ya que se cuenta que los fantasmas de Sara Woodroff y dos de sus hijos viven en él.

Al parecer, una de sus esclavas, de nombre Cloe, urdió un plan para envenenar a toda la familia, pero fracasó y solo tomaron de la tarta fatídica Sara y sus dos hijos, que murieron al poco tiempo. La esclava fue ajusticiada en la propiedad, y también suele aparecerse como espíritu. El caso es que tras la muerte existe una superstición en la que hay que tapar los espejos, para que los espíritus no se apeguen a ellos. En la plantación así se hizo, salvo por uno, que supuestamente alberga ahora a esas tres almas malditas.

Plantación Myrtles en la actualidad

Desde hace un tiempo, la Plantación Myrtles está abierta al público como alojamiento turístico, un bed and breakfast bastante especial en el que se hacen también visitas guiadas de misterio, explicando toda la historia truculenta del lugar. Aprovechado su fama, los nuevos dueños han convertido a la Plantación Myrtles casi en una atracción de casa del terror. Con toda la historia que tiene detrás, son muchos los que se acercan al lugar, e incluso se atreven a dormir en él. Otros, sin embargo, prefieren pasar solo de visita, por si acaso las historias que se cuentan de fantasmas y espectros son reales.