casa-de-las-siete-chimeneas
La España oscura

La casa de las siete chimeneas, un lugar maldito de Madrid

El misterio se puede presentar en formas muy curiosas y especiales, casi en cualquier lugar. No hace falta irse a oscuros cementerios o casas abandonadas en medio del bosque para entrar de lleno en un mundo tétrico y oscuro, donde lo imposible se puede hacer real ante nuestros ojos. Estamos rodeados de todo tipo de fenómenos que, al menos hasta ahora, parecen del todo inexplicables por la ciencia. Encuentros con lo desconocidos, experiencias paranormales que nos hacen creer que hay algo más allá de todo lo que podemos ver… Casi en cada pueblo, en cada ciudad, hay historias de este tipo, que se llevan contando siglos en algunos casos, y que en los últimos años han encontrado una gran popularidad dentro de los llamados “programas de misterio”, muy populares tanto en televisión como en radio.

En Madrid, la capital de España, existen un montón de extrañas leyendas, a cada cual más rocambolesca, que son parte ineludible del folklore y la historia de la ciudad. Tenemos el antiguo Palacio de Linares, o la Casa del Duende, lugares donde se ha tenido constancia de eventos sobrenaturales desde hace décadas. Pero si hay un edificio que realmente pone los pelos de punta, incluso  los más avezados buscadores del misterio y de lo extraño, ese es la casa de la Siete Chimeneas, un palacete con casi 500 años de historias y leyendas a sus espaldas, que lo han convertido en uno de los lugares más misteriosos de Madrid. Las historias que se cuentan sobre este sitio varían según a quien le preguntemos, pero han creado una especie de capa de oscuridad y terror en torno a un edificio que actualmente sirve para albergar las dependencias del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno de España.

La historia de la casa de las siete chimeneas

casa-de-las-siete-chimeneas-2

El edificio fue construido a mitad del siglo XVI, siendo uno de los más antiguos que se conservan en la zona, el barrio de Chueca, muy cercano a la Gran Vía. Es un palacete que da a la Plaza del Rey, en una ubicación inmejorable, y que aparentemente fue mandado construir por uno de los monteros de Felipe II para su hija, que se casaría pronto con un gran militar español. Al poco tiempo del enlace, el marido tuvo que marcharse a la guerra, formando parte de los Tercios de Flandes, y por desgracia falleció en batalla. Aquello supuso un duro golpe para Elena, su viuda, que se quedó penando en la casa, ante la ausencia de su marido. Su muerte, para algunos por pura pena, para otros, un asesinato encubierto, comenzó a dar pie a las leyendas que acompañarían la historia de la casa.

La vivienda fue pasando de mano en mano, siempre entre hombres bastante poderosos y con mucho dinero, que vivieron en ella en los siglos siguientes. Entre ellos estaba el marqués de Esquilache, que en el siglo XVIII prohibió a los hombres llevar capa y sombrero de ala ancha en Madrid, provocando un famoso motín que acabó con la invasión de la propia casa por parte de una turba violenta. Se han llevado a cabo numerosas reformas, en una de las cuales, ya en el siglo XVII, la casa ganó sus chimeneas por las que se la conoce popularmente. Son siete en total, y cuenta la leyenda que representan nada más y nada menos que los siete pecados capitales, aunque es tan solo una teoría que no ha sido demostrada. Como tampoco las leyendas sobre los fantasmas que la habitan, que a pesar de ello, han conseguido sobrevivir hasta nuestros días.

Muerte en la casa de las siete chimeneas

El palacete ubicado en la plaza del Rey no dejaría de ser una vivienda común y corriente, bien conservada desde el siglo XVI, si no fuera por toda la leyenda que acarrea desde sus primeros años. Habíamos hablado ya de Elena, la hija del montero del rey, que se había quedado viuda tras la muerte de su marido batallando con los Tercios de Flandes. El golpe fue muy duro para la mujer, que pasó a tener una actitud totalmente melancólica y triste, sin querer comer y beber, descuidándose muchísimo hasta llegar a morir. Algunos afirman que murió de pena, por no poder estar con su marido. Pero otros creen que su muerte no fue “natural”, sino un asesinato.

El cuerpo de la joven nunca fue hallado, y eso dio pie a más especulaciones. La teoría que avivaron los propios sirvientes de la casa era que el asesinato había sido provocado por una relación ilícita entre el rey y la propia Elena, que se habían convertido en amantes años atrás. Para que la joven no pudiera contarlo, Felipe II mandó asesinarla. Los sirvientes afirmaron que, al encontrarla, la joven tenía varias puñaladas en su cuerpo. Sin embargo, el cadáver desapareció misteriosamente, y a pesar de que se investigó esta teoría, no se llegó a nada en claro. El padre de la joven, después de señalar directamente al rey como instigador de la muerte de su hija, apareció colgando de las vigas de la casa, que se cobraba así su segunda víctima en muy poco tiempo.

La casa de las siete chimeneas en la actualidad

A través de estos siglos, las historias sobre la Casa de las Siete Chimeneas se han ido expandiendo primero por toda Madrid, y más tarde por toda España, atrayendo incluso a curiosos y amantes de los temas del misterio. En la actualidad, el edificio pertenece al gobierno, que lo utiliza para ubicar algunas estancias del Ministerio de Cultura, Educación y Ciencia. Desde el año 1995 es, por una nueva reforma de ley, considerado como Bien de Interés Cultural. Es una parada habitual en las rutas sobre leyendas y misterios de la capital, contándose sobre todo la historia del supuesto asesinato de Elena, que por supuesto no se quedó ahí, sino que siguió años más tarde con la aparición de su espectro.

¿Hay fantasmas en La casa de las siete chimeneas?

fantasmas-casa-siete-chimeneas

Desde el siglo XVII, apenas unos años más tarde de la muerte de la joven Elena y de su padre, supuestamente ahorcado en la misma casa, muchos visitantes afirmaron haber visto en las ventanas a una hermosa mujer que encajaría con la descripción que se tenía de la joven, por lo que pensaron que sería el fantasma de la chica. Otros fueron más allá, aludiendo a que Elena había dado a luz a una hija antes de morir, y ella estaba todavía viviendo en la casa. Las especulaciones tuvieron un nuevo empujón en una de las remodelaciones llevadas a cabo en el siglo XIX, cuando se encontró al hacer obra el esqueleto de una joven que coincidía bastante con la descripción que se tenía de Elena, al encontrarse además unas monedas antiguas, de la época en la chica murió, justo al lado del cadáver.